Cuando hablamos acerca de la experiencia deportiva, disfrutamos y gozamos del éxito de nuestros atletas vigentes; sin embargo, alguna vez se han puesto a pensar ¿qué pasa cuando aquellas personas que representaron en algún momento a nuestro país, se retiran?
El promedio de duración de una carrera deportiva es de aproximadamente 10 a 15 años, es decir, que muchos atletas se retiran entre los 20 y 40 años. En comparación con otro tipo de profesiones, el deportista tiene a nivel laboral una vida corta; de manera que, cuando su carrera termina, aún son personas física y mentalmente activas, estando en facultad de desenvolverse y desempeñarse en otros roles y actividades.
Sin embargo, en ocasiones, se ha observado que los deportistas pueden tener dificultades para la adaptación, ya que la vida deportiva es diferente a la dinámica regular. Y el mayor problema surge, cuando ellos no toman consciencia que deben enfrentarse al mundo real, en el que necesitan reinsertarse a nivel socio-laboral. Asimismo, el abandono de la disciplina deportiva implica una serie de cambios drásticos en la vida del atleta: distanciamiento de sus compañeros, por lo que debe establecer nuevas relaciones; buscar una nueva función social, asumiendo nuevos roles y encontrando otra actividad a la cual dedicarse; implica, también, un cambio en la rutina y en el estilo de vida; así como se necesita reajustar el aspecto económico, entre otros. Todo ello, puede generarle problemas al ex deportista a nivel afectivo, social, psicológico y fisiológico.
El retiro implica todo un proceso de asimilación, que suele iniciar con una sensación de pérdida, al verse afectada una parte o la totalidad de su identidad. Además, muchos de ellos dejan de recibir el apoyo por parte de las diversas entidades que, anteriormente, estuvieron ligadas a su evolución y desarrollo deportivo; dejando que lleguen a esta etapa sin ningún tipo de soporte ni preparación que facilite el proceso de transición. Es por ello, que se han visto casos de deportistas que al final de su carrera deportiva no pudieron adaptarse adecuadamente, y terminaron tomando malas decisiones que los llevaron a la pobreza, a la adicción e inclusive a la muerte. Países con un mayor avance en el aspecto deportivo, muestran preocupación por el análisis y estudio de la calidad de vida que llevan los deportistas una vez retirados; recomendado, así, recibir apoyo y acompañamiento psicológico durante este periodo.
Una investigación cualitativa, realizada en el Perú en el 2019, revela información importante que debe ser tomada en cuenta para tal vez prevenir y guiar a los ex deportistas hacia un buen retiro: Cada atleta vivencia el retiro de forma particular y única, ya que van a intervenir diversos factores, tanto personales (identidad deportiva, características de la personalidad, causa del retiro, planificación, estudios paralelos, etc.) como externos (apoyo social, condición económica, etc.), que influyen de manera positiva o negativa en el impacto que tiene el retiro en sus vidas.
El significado personal que los deportistas le dan al retiro es un factor determinante al momento de la transición, ya que, si el retiro es considerado como una pérdida o equivocación, el proceso de adaptación se dificulta; mientras que, si el retiro se vivencia como una etapa de transición, continuidad o satisfacción, se genera un impacto positivo que beneficia la adaptación. Por otro lado, los deportistas suelen experimentar, con mayor frecuencia, emociones de valencia negativa (tristeza, ansiedad, nostalgia, culpa, ira, etc.) y la intensidad de ellas dependerá de los recursos de adaptación con los cuales cuentan los deportistas, siendo los más determinantes, las competencias personales y el tener una ocupación, sea esta laboral o recreativa, puesto que brindan una sensación de tranquilidad y control frente a un futuro, haciendo evidente que tienen una gama de oportunidades, dentro y fuera del ambiente deportivo.
Asimismo, la planificación previa al retiro previene la aparición de pensamientos de incertidumbre (“¿Y ahora qué hago?”), reduciendo la sensación subjetiva de ansiedad.
Cabe mencionar que, mientras mayor libertad haya al momento de tomar la decisión de retirarse, menor será el malestar emocional, facilitando la adaptación al retiro. Así como, una identidad deportiva elevada genera que el retiro sea vivenciado como un duelo, ya que el atleta experimenta una tristeza profunda al no saber quién es él fuera del campo deportivo. Ello constituye el principal factor que dificulta el proceso de adaptación.
Por último, el estudio concluye que el apoyo psicológico es un recurso vital para poder favorecer y empoderar al deportista, facilitando el proceso de adaptación, previniendo y disminuyendo el impacto negativo en las vidas de los atletas. Asimismo, la familia desempeña un papel importante como soporte para los atletas durante el retiro, ya que puede impulsar al atleta a continuar con su proyecto de vida.
Artículo basado en la tesis de licenciatura: “La experiencia del retiro en deportista de alta competencia en Lima” (Mendoza, 2019)