Si nacieron en la época de los 90’s, como yo o antes, sabrán el enorme cambió y avance que ha tenido la tecnología en la actualidad. Pasé de ver mis películas en VHS, y esperar una eternidad para que se rebobinaran y así verlas desde el inicio, a poder seleccionar mis escenas en un DVD, el cambio era enorme, así cómo la calidad y nitidez de las imágenes. Sin embargo, hoy en día, la diferencia es abismal… puedo elegir con mucha facilidad una película y verla desde mi celular en el lugar que yo desee. Lo cuál, me permite tener entretenimiento al alcance de mi mano. Si no tengo algo que hacer o tengo que esperar por algo, en lugar de aburrirme en silencio, puedo pasar el rato de forma más llevadera.
Lo mismo sucedió con la música, antes tenía que cargar con un aparato enorme llamado walkman y ahora solo necesito mi celular o algún dispositivo MP3, para poder escuchar una infinidad de canciones.
Me parece increíble todo aquello a lo que hoy tengo acceso gracias a la tecnología. Me pongo a pensar como antes teníamos que llegar corriendo del colegio a la casa para prender la computadora y entrar a MSN y así seguir en contacto con mis amig@s. Ahora puedo saber de ellos en cualquier momento, y también conocer la vida de personas que ni siquiera conozco.
Sin embargo, a pesar de todas las ventajas que esta conexión ha traído, también pienso que los espacios que antes podía tener sin estimulación y genuinamente en silencio, se han reducido a casi inexistentes.
Me acuerdo que antes cuando llegaba la hora de dormir y no tenía sueño, era muy fácil utilizar mi imaginación para crear alguna historia en mi cabeza y poco a poco quedarme dormida. Hoy he perdido esa costumbre, porque lo que hago simplemente es prender la tele y ver la serie que me provoque o agarrar mi celular y entrar a instagram o TIK TOK..
Actualmente hay una gran intolerancia al aburrimiento, a tener espacios vacíos en nuestra vida. Y es normal que no nos guste, por eso los llenamos con música, películas o lo más común, redes sociales. Sin embargo, estos espacios son necesarios para darle un “break” a mi cerebro y así pueda descansar de tantos estímulos. Asimismo, se ha investigado que mientras más evadimos el aburrimiento con entretenimiento digital, éste termina teniendo un efecto rebote, generando que necesitemos más imputs y novedades.
Sé que sonará loco, pero el aburrimiento puede mejorar nuestra salud mental. ¿Cómo así? Pues porque permite que mi mente descanse y disminuya el estrés causado por la sobrecarga de información. Además, me permite entrenar la paciencia, que muchos ya la hemos perdido porque vivimos en el mundo de la inmediatez.
Pensemos, cuando estamos en las redes sociales, así las usemos como forma de descanso o distracción, nuestro cerebro está continuamente procesando todos los datos y generando pensamientos relacionados a ello. Por eso, el aburrimiento, el ser capaz de tolerar el silencio, promueve el pensamiento creativo, permitiendo un espacio de reflexión, la mente divaga y puede encontrar nuevas soluciones a problemas, ideas útiles que, tal vez, si no le hubiera dado ese espacio, jamás hubieran llegado a mi cabeza, ya que la persona tiene acceso a recuerdos y conexiones útiles.
No obstante, en la actualidad, muchas personas tienen una real dificultad para desconectarse, el estar metida en las redes sociales se vuelve una necesidad. Pero…¿Por qué me cuesta tanto dejarlas? Uno de los motivos que mencionan los estudios realizados es el llamado FOMO: fear of missing out. La cual es un tipo de ansiedad social que se genera al pensar que el resto del mundo está teniendo experiencias gratificantes y divertidas sin la persona que lo sufre. De manera que provoca que se tenga la necesidad de estar siempre conectado para asegurarse de que no está sucediendo nada importante que pueda perderse. Lamentablemente, en la vida siempre te estarás perdiendo de algo, no puedes estar en todas partes; por eso es importante aprender a disfrutar cada bocado de ella y no querer engullir todo de una, incluyendo aquellos momentos de intimidad y de silencio, donde pueden ocurrir muchas cosas maravillosas.
Con los mencionado, queremos hacerlos conscientes de buscar estos espacios de desconexión. El psicólogo Rafael Penádes menciona que abrazar el aburrimiento puede ser el cambio que necesitamos en nuestra vida. Si somos capaces de afrontarlo sin agobiarnos, permitiéndonos hacer genuino silencio para analizar qué es lo que nos está pasando. Démonos el espacio para parar y aceptar la situación que vivimos; preguntémonos qué sentimos y dejemos fluir la mente para ver hacia dónde nos lleva y qué sensaciones despierta. Los invitamos a abrirse al aburrimiento y darle espacio al silencio, porque podría ser el punto de partida de algo positivo. Si no dejas de distraer tu mente con las redes sociales y la tecnología, es probable que no vayan a surgir ideas nuevas y originales.
Termino con una frase de Miguel de Unamuno: “El aburrimiento es el que ha inventado los juegos, las distracciones, las novelas y el amor.”