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La aventura de emprender

Actualizado: 15 sept 2023

Iniciar algo propio no es sencillo. Requiere de una mezcla de ingredientes que exige mucho trabajo encontrarlos y más aún ponerlos a tu servicio: valentía, creatividad, compromiso, innovación, y kilos y kilos de paciencia.


Crear algo desde los cimientos implica muchas veces lanzarte a la piscina sin saber si está llena o vacía. Dejar de lado lo seguro para poder embarcarte en una aventura, que no necesariamente tiene por ofrecerte un final feliz. Y pues la verdad, es que a veces, da mucho miedo dar ese salto al vacío, porque no sabes lo que puedes encontrar.


Es aquí, donde aparece el primer dragón por enfrentar, el MIEDO AL FRACASO. Tal vez, el más difícil por superar, porque es un monstruo que te ataca desde adentro. Hemos crecido en una sociedad que solo sabe apreciar el éxito y poco valora el esfuerzo que las personas realizan para poder alcanzar sus metas. Tenemos pánico de que lo que haga no salga bien, porque solo nos han enseñado a medir el éxito a través de resultados positivos, pero no nos damos cuenta, que solo enfocarnos en eso, nos puede hacer perder el norte y encaminarnos en aguas más turbias, donde quien navega y tiene el control del timón del barco no soy yo, sino que se lo he cedido por completo a los demás (de eso ya hablaré más adelante).


Somos seres humanos, no somos perfectos, y a veces, la mejor forma que tenemos para aprender y crecer en la vida, viene de nuestras equivocaciones y errores. El éxito como sinónimo de triunfo y felicidad, es una definición sesgada por una cultura inmediatista y materialista. Hoy, los invito a redefinir el significado de éxito como algo más profundo, ver más allá del resultado, sino empezar a valorar el proceso (así sea lento). Porque ahí, genuinamente, voy a encontrar satisfacción. La felicidad de no solo haber hallado el tesoro, sino atesorar las tempestades y el naufragio que tuve que vencer para llegar ahí, eso es lo que le da emoción y valor a una historia.


Una vez que vences a este dragón, puedes dar el siguiente paso, pero no sin antes, enfrentar a un nuevo enemigo: el TEMOR AL QUÉ DIRÁN. “¿Les gustará mi proyecto? ¿Lo aceptarán? ¿Pensaran que soy un(a) ridícul@ por hacer esto?”. Y como les mencionaba, es en este momento, donde puedo correr el riesgo de perder protagonismo en mi historia y comenzar a comportarme como el personaje secundario de ella, permitiendo que alguien más tome el control de mi aventura o, peor aún, siendo un simple narrador, observando todo desde fuera.


Si quiero que las cosas resulten, debo escucharme a mí mism@. Claro, que es válido estar abierto a recomendaciones o críticas constructivas, pero siempre siendo fiel a mi esencia, porque si no, habré dejado que mi proyecto pase a manos de personas que pueden no comprenderlo y esto hará que pierda conexión e inclusive el interés por él.


Una vez superadas estas dos pruebas, a lo largo del camino aparecerán nuevas dificultades y desafíos, como la malvada bruja llamada “SUNAT”, que es capaz de hechizarte y hacer que el tiempo corra más lento y así atrasar todos tus planes. O también está el temible hechicero “INDECOPI”, que en ocasiones puede ser tu aliado y protegerte, como también causarte algunos problemas.

Tendría una gran lista por mencionar, pero la verdad es que estos enemigos no son tan terribles como los dos que mencioné al inicio. Con ellos, debes ir poco a poco aprendiendo y agarrarles el truco para no caer en sus trampas.


Así que, a todos los emprendedores, los animo a recorrer este camino con valor y paciencia. Muchas veces no es sencillo iniciar con algo nuevo, pero es importante trabajar duro y aprender a disfrutar del proceso. Habrá muchos sacrificios y tal vez pocas ganancias al principio, pero con dedicación, compromiso y esfuerzo, es posible sacar adelante lo que alguna vez fue un sueño… y esa es la verdadera recompensa. ¡Ánimo, miremos al horizonte y no perdamos de vista el norte!


Finalmente, a las demás personas las invito a estar abiertas a lo nuevo. Dejemos de lado los prejuicios y probemos. Esto me hace recordar una frase que escuché en la película “Ratatouille”: “La gente suele ser cruel con el nuevo talento. Las nuevas creaciones, lo nuevo, necesita AMIGOS.”

Y cuánta razón tenía Ego (el personaje de la película) al mencionar esto. Muchas veces nos cerramos a experiencias y no le damos la oportunidad a lo nuevo. Los emprendedores necesitamos de valientes que se lancen a la aventura con nosotros y nos acompañen en este viaje.


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