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¿Cómo saber si estamos en una relación tóxica?

Actualizado: 9 nov 2021

Aplica a pareja, familia y/o amig@s


Una relación es tóxica cuando dejamos de priorizar nuestras acciones, para priorizar a la otra persona. Hacemos todo para complacer y que no nos dejen. Esto sucede porque muchas veces tememos que la otra persona decida irse o se moleste, y el quedarnos sol@s se nos hace algo insoportable, pensamos que seremos criticad@s o juzgados, etc.


Es así, que las personas que “aceptan” o se aferran a una relación tóxica viven disculpándose, aunque saben, en el fondo, que no necesariamente la culpa es suya, pero la necesidad es tan grande de que aquella persona esté a su lado que prefieren asumir la responsabilidad de todo conflicto, discusión o pelea.


Por otro lado, en las relaciones tóxicas, por lo general, hay una persona sumamente manipuladora, aunque no se demuestre así tal cual. Ellas suelen criticar constantemente, desde aspectos tan pequeños como la manera de hacer las cosas, lo que uno come, la ropa, etc. A veces esos comentarios pueden presentarse en forma de sarcasmo, lo que ocasiona que un@ termine dudando de si mism@.

Ojo: el “criticar”, no l@ hace ser tóxico o tóxica. Nadie es perfecto y muchas veces podemos cometer errores, por lo que evaluar y aceptar la crítica puede ser una oportunidad de mejora, siempre y cuando la crítica sea constructiva, enfocada en el error y no en minimizar a uno como persona, pues ello puede poner en juego el autoestima.


¿Y que suele pasar cuando nos encontramos en una relación tóxica? En primer lugar, tendemos a alejarnos de nuestro círculo de amigos, familia o comenzamos a dejar de lado nuestra rutina diaria. Todo ello va provocando que nos aislemos, que nos separemos de las cosas que tanto nos gustan, y que comencemos a generar cierta dependencia emocional. Entonces, es así, que confundimos el afecto que sentimos por la otra persona, con necesitar o depender de ella.

Es importante notar, que muy aparte del cariño que existe, y las ganas de pasar tiempo con esa persona, lo cual es algo totalmente normal; la dependencia supera, y llegamos a pensar que está bien aferrarnos, ceder el control de nuestras decisiones al otro y entregar tanto como sea posible sin un límite, sin pensar en nosotr@s mism@s. Y dejamos de ver que, muchas veces, esto no está siendo recíproco, y la otra persona no está haciendo lo mismo.


En cuanto a las relaciones de pareja, siempre al inicio “todo es maravilloso”, entramos en un periodo de luna de miel. Sin embargo, cuando el tiempo pasa y las cosas cambian, seguimos aferrándonos a esa imagen que tenemos del comienzo de la relación y buscamos encontrar en nuestra pareja a esa persona que “era al principio”. Esto se debe a que tenemos miedo de enfrentar la siguiente etapa de la relación, la que se vuelve “más seria” y en la que pueden aparecer ciertos problemas. Es común que se den discusiones y peleas en una pareja, es ello lo que les permite también avanzar y madurar, siempre y cuando haya como base una buena comunicación y un trato respetuoso. No obstante, en una relación tóxica el miedo a perder a la otra persona es tan grande que paraliza y en lugar de enfrentar los problemas, solo los evade o prefiere callar.


Cabe mencionar que, no toda relación tóxica, necesariamente, será siempre así. Y no porque discutieron durante una semana o uno, dos meses significa que sea “tóxica”. Pero no podemos caer en un círculo vicioso y pensar que vivir así es normal. Frente a ello, debemos buscar ayuda.

¿Qué puedo hacer si estoy en una relación tóxica?

En caso vivas con esa persona “tóxica” y no tienes a donde ir, la mejor opción es “no pisar el palito”. Buscar siempre tu tranquilidad emocional. Tu paz mental es invaluable.

No dejes que las críticas o juicios afecten las decisiones que debes tomar con respecto a esa persona. Siempre van a aparecer excusas para no alejarte, romper con ese tipo de relaciones no es fácil, somos conscientes que decirlo es más sencillo que hacerlo. Por ello, no podemos minimizar el miedo que existe frente al sufrimiento, y este será experimentado de forma diferente en cada persona. Dar el primer paso es lo que más cuesta, pero una vez que tengas esa tranquilidad mental, verás que eso era lo primordial.


En el caso de la persona que está siendo tóxica, cayendo muchas veces en la manipulación como herramienta para conseguir lo deseado; el primer paso es reconocer que su actuar no es el correcto, y luego buscar ayuda.


De esta manera, para buscar salir de una relación tóxica, se debe trabajar con las dos personas: él/la que “manipula” y la persona con “carencias”. Y eso no se resuelve de un día para otro, ni con flores, ni chocolates, o cosas materiales, ni con una sola conversación. Ambos deben comprometerse a trabajar en ello constantemente. Muchas veces se puede resolver esta situación; sin embargo, en otros casos se necesita de apoyo profesional.


Si decides terminar con una relación tóxica, lo mejor es “cortar desde la raíz”. Eso quiere decir: no continuar en comunicación, no estar pendientes de las redes sociales, no mantener una relación con la familia, etc. Debemos entender que es sano tomar distancia. Tanto de la pareja, como del familiar o de l@s amig@s “tóxic@s”. Suena drástico, y puede parecer inmaduro, pero el seguir al tanto de lo que la otra persona hace nos termina dañando. Y aunque sea difícil de aceptar, no necesitas ese auto-sabotaje en estos momentos. Enfócate en ti y rodéate de gente que te quiere y que realmente te apoya, ya que todo ello te ayudará a salir adelante.


Identifica, qué es lo que te tiene aferrad@ a esa relación: miedo a nunca casarte, a quedarte sol@, miedo por lo financiero, al qué dirán, etc. ¿Cuáles son tus miedos? ¿Qué te aleja de tomar una decisión?


Trata de recordar ¿Quién eras tú antes de la relación? Busca evidencias de lo que solías hacer antes. Escríbelas en papel, en notas de tu celular o en tu computadora; en donde quieras o prefieras. Pero rescata a esa persona grandiosa que eras antes y que en esencia continúas siendo, retoma todo aquello que hacías y te gustaba. Reencuéntrate con esas pequeñas cosas que hacían que tus ojos brillen. Son, a veces, las crisis aquel empujón que necesitábamos para iniciar un cambio en nuestra vida, esa oportunidad de crecimiento que nos invita a reinventarnos.


Finalmente, hay otro punto importante del cual hablar, y es que no solo “la persona manipuladora”, “la tóxica” o “el tóxico” es el problema; puesto que la persona que es manipulada también debe mirar hacia sí mismo para reconocer e identificar los errores en los cuales está cayendo, y preguntarse por qué no puede dar un paso al costado de la relación y seguir con su vida. Si estás en una relación tóxica, no necesariamente “eres víctima”. Si ya te diste cuenta y sigues ahí, sé responsable de tu parte de esa relación. Ten presente que si quieres cambiar alguna cosa de esa persona, primero debes mirarte a ti mism@.

Sabemos lo difícil que puede llegar a ser eso, y por ello, jamás invalidamos el dolor que la persona puede estar sintiendo. No obstante, piensa en qué personas tienes para apoyarte en este momento y conversa para que no te conviertas en cómplice de esta relación tóxica, y no lleguemos al extremo del daño físico.


Jamás minimicemos ni la violencia psicológica ni la física.



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