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Una suerte tenerlos: abuel@s

Actualizado: 15 sept 2023

Ayer, 26 de julio, fue el día de los abuelos; y para celebrarlos y reconocerlos, me gustaría dedicarles uno de mis artículos.

L@s abuel@s, esas personas, comúnmente adultos mayores, que sin ser nuestros padres nos brindan un cariño especial y nos llenan de enseñanzas, quizá hasta de forma inconsciente.

Para los que han tenido la suerte, como yo, de gozar por un tiempo de sus abuel@s entenderán la importancia que tienen estas personas en nuestra vida. Yo tuve la dicha de tener conmigo no solo a mis 4 abuel@s por 27 años, sino que también conocí a un par de personas mayores maravillosas que se cruzaron en mi camino y me llenaron de mucho amor, ese afecto y sabiduría que solo ell@s te pueden proporcionar.


Empezaré, entonces, por la niñez, ya que es en esta etapa donde los y las abuel@s se introducen con gran intensidad en nuestra vida. Durante nuestra infancia, ell@s, más jóvenes y con más fuerza, se dedican a engreírnos todo el tiempo, a pasar horas riendo de nuestras locuras y jugando con nosotros. Algunos disfrutan de su presencia constante, ya que viven con ell@s y otros solo pasan de visita, pero de esas que duran horas y que terminas con la barriga llena. Sea cual sea la situación, tienen un cariño especial para darte, siempre a su manera. Es sorprendente ver cómo el simple hecho de vernos sonreír es suficiente para que ellos se sientan también contentos.



En mi caso, una de mis abuelas demostraba todo su cariño a través de la comida, era la mejor cocinera del planeta. Siempre me preparaba todo lo que yo quería y a montones, no estaba feliz hasta que no me acabara hasta el último grano de arroz del plato. Por otro lado, mi otra abuela era un poco más activa y me llevaba a pasear por todas partes, ella era feliz viéndome divertirme en los juegos o nadando en el mar. De aquellas épocas, me gusta recordar la alegría con la que llegaba a sus casas a visitarl@s, saber y sentirme absolutamente querida por ell@s llenaba mi corazón. La casa de mis abuelos era mi lugar favorito en el mundo. Siempre que quisiera era bienvenida y nunca faltaban las sorpresas.


Sin embargo, conforme nosotros crecemos y disfrutamos cada vez más de la vida; ellos también lo hacen, envejecen. Poco a poco van perdiendo amigos, también sus fuerzas ya no son como las de antes, e inclusive, a algunos les comienza a fallar la memoria. Llega una etapa que para ell@s es más complicada, y que muchas veces nosotros, jóvenes, no somos conscientes y nos cuesta entender por lo que están pasando.

La muerte se plantea como una posibilidad más cercana, y se sienten más vulnerables y propensos a enfermarse, experimentan MIEDO. Por eso pueden parecer muchas veces exagerados o irracionales, pero recuerden que también su salud es más frágil, a nivel biológico su sistema inmune se vuelve más débil, ya no trabaja como lo hacía antes. Asimismo, se vuelve más difícil para ellos adaptarse ante distintas circunstancias.


En contraste, para nosotros, es un periodo de descubrir el mundo, y es normal el querer distanciarnos de la familia y darle más espacio a nuestros amigos. Lamentablemente, esas visitas a casa de los abuel@s se vuelven cada vez más espaciadas, cambiamos los planes de almuerzos familiares por reuniones en casa de compañeros. El tiempo de visita se reduce a minutos o un par de horas, y la atención que les damos muchas veces es mínima, ya que estamos más tiempo en el celular que atendiendo a lo que ell@s nos están contando.

Para los abuelos tener una vida social activa no solo es revitalizante a nivel anímico, si no que también es importante para su cerebro, la actividad a nivel neuronal que se genera durante una conversación es fundamental para estimularlos cognitivamente. Por eso, les sugiero que si están yendo a visitarlos, desconectense por un momento de su celular, el mundo no se detiene si no atiende un mensaje de sus amig@s.

Es muy triste observar algunas familias que salen a almorzar y ninguno habla, ninguno comparte, porque cada uno está metido en su celular, y los abuel@s quedan mirando al vacío, esperando que alguno de sus hij@s o niet@s tenga la intención de escucharlo o conversar.


Muchas veces, cometemos el error de pensar que son muy demandantes y que simplemente buscan atención. Pero también hay que entender que a su edad, la vejez puede ser muy solitaria. Ell@s son cada vez más conscientes de que su vida ya está en la “recta final”. Y es ahí precisamente, cuando un@ debe recalcarles que todo lo que ellos se dedicaron a sembrar durante su vida, hoy es momento de sacarle provecho. La vejez no tiene porque ser una etapa de sufrimiento, al contrario, debería ser una de disfrute. Disfrutar todo lo que coseché en su momento y ahora me da fruto.


Finalmente, para quienes tienen aún a sus abuel@s con vida, les digo: DISFRUTENLOS. Acompáñenlos de vez en cuando, no saben cuánto valoran cada minuto que ustedes pasan con ell@s. Escúchenlos, así sea la misma historia que ya les han contado una y otra vez, se que es difícil, pero paciencia, no los corten, ellos solo quieren a alguien que los escuche realmente. Encuentren actividades que puedan compartir, un juego de cartas para mantenerlos activos o un paseo por el parque, todo ello ayuda, tanto a nivel cognitivo como emocional, y los hace sumamente felices.


Los adultos mayores tienen mayor propensión a desarrollar depresión, por lo que es importante en esta etapa ayudarlos para evitar que se instale este tipo de trastorno. ¿Cómo puedo hacerlo? EMPODERÁNDOLOS. Ellos necesitan sentirse queridos, percibir que aún continúan siendo miembros importantes de la familia, que sus opiniones son valiosas y que aportan a ella de alguna manera. Dedíquenles algunas horas de la semana, ellos estuvieron para ustedes cuando eran pequeños, ahora es momento que ustedes los acompañen cuando ellos ya están mayores. Y en caso sea necesario, pidan ayuda a un profesional de la salud mental.


Los abuelos, lamentablemente, no son eternos, solo algunos podemos tener la suerte de contar con su presencia hasta la adultez. Por eso, aprendamos a valorarlos, nunca darlos por sentados. Una llamada, una visita, un almuerzo a la semana, no nos quita mucho tiempo y a ellos les suma VIDA. Nuestro trabajo es darle CALIDAD DE VIDA, no tanto cantidad, siempre preocupémonos por su salud física, obvio es importante, pero no descuidemos la salud emocional y mental; en esa área está el secreto de una VIDA CON SIGNIFICADO.


Y para mis abuelit@s, el amor eterno de su nieta Paola. Sepan que siempre los llevo presente en mis pensamientos y en mi corazón. ¡Gracias por todo!



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